–El secreto está en la muñeca.
–le dijo Tomás a José. –Eso es lo que me ha dicho mi hermano cuando me dio la
revista.
José le miraba con cara de “entender”,
la misma que ponía cuando en realidad no comprendía nada sobre lo que le
decían.
En ese momento en su cabeza no
era capaz de relacionar que tenía que ver la revista que su amigo había traído ese
día al colegio, y que estaban viendo a hurtadillas en una esquina perdida del
patio.
–Mi hermano dice que nunca había
disfrutado tanto como en la habitación de tu hermana.
Miraba a su amigo, pero en su cabeza
sólo se oía <<El secreto está en la muñeca>> al tiempo que miraba
las fotos de mujeres, de la edad de su hermana, sin ningún tipo de ropa que Tomás
pasaba exclamando admiración a cada nueva página que descubrían Él sólo notaba que la sangre
no estaba en su cabeza.
José iba a preguntar a su amigo
que le explicara lo del dichoso secreto cuando sonó el timbre del patio, guardó a
toda prisa la revista en su mochila y se dirigieron a clase.
A la salida quiso devolverle la
revista a Tomás y de paso solventar su duda, pero desapareció antes de que pudiera
hacerlo. Su hermana le recogió del colegio. De camino a casa, en silencio, seguía dándole vueltas.
–Hermanito, me voy al centro que
he quedado con Paco. ¿Esperas a mama o te llevo donde trabaja?
–Me quedo en casa, así hago los
deberes.
–Ok, entonces me piro. No abras a
nadie, ya lo sabes.
–Vaaaale –dijo mientras veía
marchar a su hermana.
Abrió la mochila y sacó la
revista. Se quedó un momento pensativo y entonces recordó las
palabras de su amigo “…como en la habitación de tu hermana.”
En ese momento pensó que, si Paco
lo decía, quizás si iba a la habitación de su hermana entendería algo más. Con
la revista en la mano, al entrar lo entendió todo.
En la estantería, encima de la
cama, la colección de muñecas de Silvia. Estaba claro que si el secreto estaba
en la muñeca, podía entender que el hermano de Tomás, Paco, disfrutara aún más
en esa habitación llena de muñecas.
Satisfecho por su razonamiento
comenzó a pasar las hojas de la revista que llevaba en las manos sintiendo como
la sangre iba apretando su pantalón, momentos después se liberó, comenzando a
descubrirse a si mismo. Por primera vez en su vida disfrutó, como nunca antes lo
había hecho, quedándose dormido pensando que el hermano de su amigo llevaba razón
al decir que el secreto estaba en la muñeca.
Juan Luis Galán Olmedo
Participando en la iniciativa: El CuentaCuentos
Y la muñeca se movió más que la cabeza de la niña del exorcista, bueno no es que la cabeza de la muñeca diera vueltas, de hecho creo que ninguna de las muñecas de Silvia se movieron, bueno lo importante es que José disfrutó :-) con la revista de anatomía.
ResponderEliminarY es que nada como el conocimiento para agrandar conceptos!
¡Magnífico relato crack!
jejeje, me da que José estaba un poco perdido; la inocencia que da no conocer. Y la imposibilidad de que te respondan. A veces hay que descubrir las cosas por uno mismo
EliminarUn enfoque que no esperaba, aunque he intuido ya desde las primeras frases je, je. Divertida y curiosa perspectiva la que nos regala tu historia. Un abrazo.
ResponderEliminarEra un enfoque que quería evitar, pero según avanzaba la historia no pude. José tenía que perder la inocencia en ese aspecto :-)
EliminarUn abrazo.
Juan Luis, Juan Luis, jajja me esperaba algo así al empezar al leerte pero desde luego has sabido darle ese toque de humor.
ResponderEliminarMe ha gustado, y como decías por ahí la sonrisilla ha salido
un beso
Jajaja, me alegra ver que al final he conseguido lo que quería ya que, como le comenté a Seshat, no queria inicialmente ir a ese punto en el que al final quedó la historia.
ResponderEliminarYa que me llevó allí al menos darle un toque de humor e inocencia.
Un beso.
Si, totalmente distinto a lo de los demás. Muy graciosa la historia dada por la inocencia. Buen trabajo.
ResponderEliminarGracias, ese era el objetivo; que resultara simpática y mostrar la inocencia del protagonista.
EliminarBueno bueno bueno. Recuerdos de infancia. No digo más ;).
ResponderEliminarMe gustó. Me reí.
Un abrazo cuentacuentos.
jajaja, creo que a todos nos pueden venir buenos recuerdos leyéndolo ;-)
EliminarMe alegra que te gustara :-)
Un abrazo. Nos leemos cuentacuentos.
Entrañable y cómico. Se le coge mucho cariño al prota de tu relato... :)
ResponderEliminarMe alegra leer esos adjetivos referidos al relato. Gracias por pasarte y compartir lo que te hizo sentir.
EliminarUn saludo.